NUESTRA INDIFERENCIA LOS CONDENA AL OLVIDO


Campaña de Manos Unidas 2022

El lema de la campaña de Manos Unidas de este año pone el acento en la indiferencia como actitud que posibilita el crecer y perpetuarse de injusticias, pobrezas y desigualdades extremas.
En efecto, la indiferencia es muchas veces condición para que puedan establecerse dinámicas, que contradicen los bienes y derechos más fundamentales de las personas, tanto en las relaciones personales y familiares, como, más fácilmente aún, en los ámbitos sociales y económicos. El silencio, el dejar hacer, la no asunción de la propia responsabilidad, es condición para que puedan establecerse socialmente formas de acción de las que se sabe perfectamente que son injustas y, de por sí, inaceptables.
A esta indiferencia egoísta, que acalla al propio corazón y olvida el rostro del prójimo, se contrapone sin duda la caridad verdadera, nacida de la fe que reconoce a Dios como Padre y a toda persona como creada por Él con igual dignidad, como hermano.
La campaña de Manos Unidas puede ayudarnos a no caer en esta tentación, en este individualismo radical al que es fácil tender en nuestra sociedad, en especial al salir de esta crisis sanitaria que ha puesto en cuestión la vida de cada uno. Porque podría parecernos que, al final, sólo importa ocuparse de sí mismos, que no vale la pena correr ningún riesgo por el bien de otros, que lo esencial es saber adaptarse a lo que se considera socialmente correcto, aun a costa de la propia conciencia.

Poniendo ante nuestros ojos los rostros de quienes sufren hambre de pan y de dignidad, Manos Unidas nos está pidiendo que vivamos según la ley verdaderamente humana, dada por Dios a todos, del amor al prójimo y de la fraternidad.
Sabremos entonces que no estamos solos, que formamos parte de un mismo gran Pueblo de Dios, que hemos caminado juntos también en estos tiempos de pandemia, sosteniendo la esperanza y la caridad los unos de los otros, como hijos de un mismo Padre.
Y seremos más capaces de responsabilidad en nuestras vidas, en nuestras relaciones sociales y económicas. Sabremos optar por la verdad y la justicia, por la defensa del débil y del oprimido, construiremos una sociedad más justa. La indiferencia y el egoísmo condenan al olvido al pobre, pero también a nuestros seres más cercanos y a nosotros mismos; y construyen una cultura, una economía y una sociedad cada vez menos humanas, menos atentas al bien de las personas concretas y al de nuestra tierra.

Manos Unidas es, un año más, signo de cuánto bien podemos hacer permaneciendo unidos, de cómo crece nuestra conciencia, nuestra capacidad de actuación, nuestra humanidad, caminando juntos, venciendo indiferencias y olvidos, permitiendo que el aliento de la fe y de la caridad guíen nuestras vidas.
Pidamos siempre para ello la intercesión y el amparo de la Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra, cuyos ojos están siempre atentos a las necesidades y sufrimientos de sus hijos.
 
+ Alfonso,
obispo de Lugo

Nacimiento
12 de octubre de 1956
Villalba (Lugo)

Ordenación sacerdotal
1985

Ordenación episcopal
9 de febrero de 2008

Nombramientos
Obispo de Lugo

Presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura

Miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española

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