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Domingo de Ramos en la Pasión del Señor


La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, que comprende a la vez el anuncio del triunfo de Cristo y de la Pasión.

Este día se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén montado en un pollino de borrica. A su encuentro salió la multitud con ramos de olivo. Los niños hebreos lo recibieron cantando el «Hosanna» como expresión de júbilo.

Como recuerdo de este acontecimiento, es tradición celebrar antes de la Eucaristía la procesión con los ramos de palmas, que previamente se han bendecido. Estos ramos se conservan después en casa, para recordar la victoria de Cristo.

La celebración del Domingo del Ramos

En el Evangelio del Domingo de Ramos se lee la Pasión según san Lucas (Lc 22, 14 — 23, 56. ). La historia de la Pasión goza de una especial solemnidad. Por eso es aconsejable que se mantenga la tradición de que sean tres personas las que hagan las veces de Cristo, el narrador y el pueblo. La Pasión ha de ser proclamada por diáconos o presbíteros. En caso de que fuera por lectores, la parte correspondiente a Cristo se reserva al sacerdote.

Para la proclamación de la Pasión no se usan ni luces ni incienso. Además, antes de la lectura del Evangelio no se hace ni el saludo inicial ni la señal de la cruz sobre el libro. Tan sólo los diáconos piden la bendición al sacerdote.

Se aconseja leer completa la narración de la Pasión y no omitir las lecturas previas ni la homilía.

Nota: El modo habitual de la celebración se puede leer en las recomendaciones establecidas en la Carta Circular sobre las Fiestas Pascuales, de la Congregación para el Culto Divino, de 1988.


Comentario a las lecturas según el calendario litúrgico

En el Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, para la procesión se han escogido los textos que se refieren a la solemne entrada del Señor en Jerusalén, tomados de los tres Evangelios sinópticos; en la misa se lee el relato de la Pasión del Señor.

El color de las vestiduras litúrgicas es rojo.

Procesión:

  • Mt 21, 1-11. Bendito el que viene en nombre del Señor

Misa:

  • Is 50, 4-7. No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado.
  • Sal 21. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
  • Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo.
  • Mt 26, 14 — 27, 66. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

La procesión de ramos expresa de manera sensible lo que ha sido nuestro peregrinar de CuaresmaEs la culminación de la subida con Cristo a Jerusalén para vivir la pascua con Él, que, «reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz» (2 lectura.). La liturgia de hoy, pues, incluye los dos polos del misterio pascual: rechazo y aceptación, sombra y luz, muerte y vida. De la alegría de la procesión, pasaremos a la contemplación de la Pasión de Cristo en el Evangelio de la misa. Estos dos polos encuentran su expresión más completa y perfecta en el altar de la eucaristía, que, al mismo tiempo que sacrificio, es banquete festivo de los hijos de Dios.