Obispo

LUCHAMOS CONTRA LA POBREZA, ¿TE APUNTAS? 2015


Ante la LVI campaña de Manos Unidas

Queridos hermanos,
la campaña de Manos Unidas de 2015 nos invita de nuevo a luchar contra la pobreza. Es una tarea en la que esta asociación se encuentra inmersa desde hace más de 50 años, cuando las mujeres de Acción Católica comenzaron las primeras campañas contra el hambre en el mundo. Desde entonces también la conciencia de este drama creció mucho en el mundo, llegando a instituciones como la ONU e interpelándonos cada día a través de los medios de comunicación.
Y, sin embargo, la pobreza permanece en muchos lugares, y una pobreza injusta, mezclada a veces incluso con la violencia, que tiene por expresión paradigmática el hambre –y hoy también el abandono de poblaciones enteras, expulsadas de sus casas y refugiadas o, por ejemplo, marcadas por enfermedades contagiosas que por la miseria se convierten generalmente en mortales.
Ante esta situación, Manos Unidas manifiesta a todos que quiere seguir luchando contra la pobreza y nos interpela personalmente.
Este deseo de seguir atendiendo a quienes necesitan urgentemente una mano amiga se mantiene vivo contra todas las objeciones y pesimismos, como una esperanza inquebrantable, fundada en una gran certeza: el Señor Jesús nos ha amado con todo su ser, nos ha mirado con afecto inmenso a cada uno y ha vencido a la muerte por nosotros. Afirmando este amor en medio del mundo, afirmando esta victoria, por la que cada uno, en primer lugar los más abandonados de la tierra, tienen la seguridad de un destino bueno para su vida, participamos en la misión del Señor, en su lucha contra el mal, la injusticia y el pecado, la pobreza, la violencia y la muerte. Nuestra propia vida tiene así dignidad y esperanza en este mundo.
Agradecemos, por tanto, el testimonio que nos da Manos Unidas, un año más, de modo incansable. Nos ayuda a comprender qué importantes son las personas que cada día y siempre permanezcan en la tarea de la vida, en el ejercicio de una fe y una esperanza que no se dejan abatir por las dificultades, de una caridad que percibe lo que es justo, lo que necesita el prójimo, el necesitado y, en realidad, nuestro mundo.
Por eso, la colaboración que se nos pide en esta campaña no es la del apoyo momentáneo, recordando un día del año las urgencias de la pobreza y contribuyendo según las propias posibilidades. En esta ocasión se nos invita personalmente: ¿te apuntas? Pensémoslo seriamente, pues puede ser un modo concreto y fecundo de vivir nuestra fe; no sólo por las iniciativas particulares que se puedan realizar en remedio de la pobreza y la injusticia, sino también por el testimonio que se ofrece así a toda nuestra sociedad.
Nada vale más que las personas, que se ponen en movimiento siguiendo al Señor. Esto puede hacerse también de esta manera concreta. ¿Por qué no contribuir a mantener viva esta corriente de solidaridad y de caridad, esta conciencia y esta esperanza, tan necesaria hoy en nuestro mundo?
Escuchemos, pues, la pregunta de Manos Unidas con apertura de corazón: ¿vienes tú también? Y demos gracias a Dios por la presencia entre nosotros de esta asociación, surgida de la sensibilidad y la conciencia de mujeres de nuestra Iglesia, y que sigue siendo una riqueza espiritual y un testimonio vivo de caridad esperanzada, paciente y trabajadora.
 

Nacimiento
12 de octubre de 1956
Villalba (Lugo)

Ordenación sacerdotal
1985

Ordenación episcopal
9 de febrero de 2008

Nombramientos
Obispo de Lugo

Presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura

Miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española

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