Início / Menu Diócesis / Noticias

Don Alfonso preside el día grande de las fiestas patronales de Lalín


El Obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco, presidió este domingo, 25 de septiembre, en Lalín (Pontevedra), los actos solemnes en honor de Nuestra Señora de los Dolores, patrona de la villa. 

En la Misa mayor, celebrada a las 12 de la mañana en la iglesia parroquial, una gran afluencia de fieles llenaron el templo. En ella, después de la lectura del Evangelio, tuvo lugar la tradicional ofrenda a la Patrona. En esta ocasión, el gobierno local encargó su redacción y lectura a una joven ucraniana asentada en Lalín desde el comienzo de la invasión de su país de origen. En su oración, la oferente rogó, "con el alma conmovida por el recuerdo de los sufrimientos de tantos hombres y mujeres que viven la guerra, la muerte y la desolación, el consuelo para los que sufren, especialmente para los que tienen que soportar las consecuencias de la ambición, los odios o los deseos de venganza de otros". Recordando que "la guerra destroza la tierra, sacrifica a una generación y, muy a menudo, siembra un rencor que cuesta tiempo superar, si es que antes no se ha convertido ya en una nueva épica que alimente otros rencores", la joven suplicó a Nuestra Señora de los Dolores que "ilumines los corazones y las mentes de los que caminan en el mundo como provocadores y sostenedores del dolor; en mi país y en cualquier lugar del mundo". La oración concluyó con una emotiva acción de gracias: "Sabes que muchos ucranianos hemos sobrevivido por la acogida de personas buenas como las que habitan este pueblo de Lalín. Aquí hemos sido recibidos, aquí vivimos desde que comenzó la guerra y de aquí nos sentimos: no forasteros en tierra extraña sino lalinenses nacidos en Ucrania. Gracias a la gente de Lalín; gracias por su fe, sus cuidados y su afecto y caridad."

" Si el Señor nos da la gracia de que los corazones de los latineases no cierren los ojos, no dejen de oír, sean compasivos y vivan con una apertura capaz de escuchar y acompañar al hermano en el sufrimiento, tienen un futuro indudable: con Él siempre hay futuro."

Por su parte, el Prelado recordó en su homilía, que "en en este día recibimos la invitación a escuchar la Palabra de Dios de verdad". "¡Cuántas riquezas inmensas pueden venir a través de la palabra que Dios nos dirige!", afirmó. En este sentido, don Alfonso manifestó que los cristianos estamos también llamados "a escuchar y a mirar la ruina, el dolor y los sufrimientos de nuestro alrededor y a no cerrar los ojos, a no encerrar a nuestro propio corazón e impedirle ver la realidad". En relación a la Virgen María, monseñor Carrasco dijo que "Ella escuchó a Jesús, que es la Palabra de Dios hecha carne. Y cuando estaba Jesús en la cruz, Ella lo escuchó, estaba mirando, estaba escuchando, estaba compartiendo de todo corazón, no cerró los ojos ante la palabra que venía cargado este dolor incomprensible causado por quienes usan la violencia y el terror para imponer su voluntad."

Don Alfonso aprovechó la parte final de su predicación para pedir a la Virgen María por las gentes de Ucrania: "pedimos por los que sufren en primera persona y también por los que provocan ese dolor, porque una de las ruinas más grandes en la vida de una persona es haber cedido y haber pensado que se podía apostar por la ruina, la violencia, el dolor, para imponer: ruina grande en el corazón y fuente de dolor para otros."  El Obispo de Lugo concluyó asegurando que "si el Señor nos da la gracia de que los corazones de los latineases no cierren los ojos, no dejen de oír, sean compasivos y vivan con una apertura capaz de escuchar y acompañar al hermano en el sufrimiento, tienen un futuro indudable: con el Señor siempre hay futuro".

Terminada la Santa Misa, cantada por la Coral Polifónica de Lalín, tuvo lugar la procesión, con la imagen de Nuestra Señora de los Dolores acompañada por la Banda Escola Naval de Marín.

Instante de la ofrenda realizada a la Virgen de los Dolores por una joven ucraniana refugiada