Obispo

CAMINOS DE CONSAGRACIÓN


Jornada mundial de la Vida Consagrada

Queridos hermanos,
Celebramos de nuevo en este día 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor en el Templo, la Jornada mundial de la Vida Consagrada, destinada a poner ante nuestros ojos la presencia de nuestros hermanos consagrados y su inmenso servicio en medio de nosotros, muchas veces para con los más pobres, y a despertar en nuestros corazones la alegría y el agradecimiento a Dios y a ellos por su compañía, su entrega, su oración y su acción.
El fruto primero de la Jornada será el crecimiento en el amor mutuo, en la acogida cordial de su testimonio; pero también en la atención a sus necesidades más concretas. Y fruto espléndido, que pedimos al Señor, sería el surgir entre nosotros de nuevas vocaciones a la vida consagrada, animadas por la presencia fraterna de quienes van por delante en este camino.
Nos encontramos celebrando, por otra parte, el “Año santo compostelano”. También esta Jornada mundial de algún modo lo recuerda, escogiendo como lema “caminos de consagración”.
Existe ciertamente una gran variedad de carismas fundacionales y, por tanto, de “caminos” de vida consagrada, que manifiestan cuántas dimensiones tiene el ser cristiano y con cuánta riqueza puede expresarse el don del Espíritu, la caridad que fecunda el corazón creyente.
Pero yo quisiera insistir brevemente en un punto particular: ¿no es cada hermano o hermana consagrada de alguna manera un camino de consagración? ¿No dona el Señor a cada uno ser con Él y en Él como un camino?
Cada fiel consagrado está llamado, con particular radicalidad, a ser una presencia que haga posible en medio del mundo encontrarse y seguir al Señor Jesucristo, el sendero de la vida. Su testimonio de consagración es un tesoro, imprescindible muchas veces para el propio hermano consagrado. Quien en su corazón está verdaderamente en camino, fiel a la forma en que recibió el Evangelio y la llamada a la consagración, es como una luz que muestra y hace fácil seguir el sendero. Pidamos al Señor que permita a todos los fieles consagrados ser este testigo luminoso en primer lugar en sus propias comunidades. Y que a todos dé la gracia de tener siempre cerca quien ilumine con su presencia la propia vocación y la tarea de la propia vida.
También para la Iglesia toda, las comunidades y personas consagradas están llamadas a mostrar de modo real y cercano el camino del Evangelio. Todos necesitamos su testimonio y nos empobrecemos cuando nos falta. Su presencia viva es un verdadero don del Espíritu para la Iglesia que peregrina en la historia y concretamente en Lugo.
Muchos son los ejemplos que podemos recordar nosotros mismos y que nos invitan a la gratitud. Testimoniémosla con nuestra cercanía y oración, en primer lugar a quienes tenemos más cerca. Lo haremos en particular en esta Jornada del 2 de febrero, en la Catedral Basílica de Lugo, celebrando juntos la Santa Misa a las 20h. Todos estamos invitados a participar y, en todo caso, a celebrar este día en las propias parroquias y comunidades.
La santísima Virgen María, que caminó siempre a la luz de su Hijo, peregrinó a Jerusalén siendo Él aún niño pequeño para presentarlo en el Templo y lo siguió luego hasta la cruz, para renovar en los mayores dolores este ofrecimiento al Padre de sí misma y de lo más querido, de Jesús. Que Ella, Madre también nuestra, proteja y guarde el corazón y los caminos de todos y todas las consagradas en nuestra Diócesis, y les alcance de su Hijo la docilidad al Espíritu y la abundancia de Sus dones, junto con la verdadera fecundidad de su entrega y de su consagración.
 

Nacimiento
12 de octubre de 1956
Villalba (Lugo)

Ordenación sacerdotal
1985

Ordenación episcopal
9 de febrero de 2008

Nombramientos
Obispo de Lugo

Presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura

Miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española

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