Mons. Alfonso Carrasco: “En este día de Corpus lo proclamamos de nuevo: esta es nuestra fe, esta es la verdad de las cosas, el camino del bien, la esperanza para el mundo”
Hoy, domingo 22 de junio en la catedral, el Obispo de la Diócesis, Mons. Alfonso Carrasco, presidió la Solemne Eucaristía de Corpus en Lugo, la ciudad del Sacramento, esta celebración de Corpus adquiere especial relevancia por la permanente exposición del Santísimo en el Altar Mayor de su catedral, lo que le otorga el privilegio de la Indulgencia Plenaria, Cotidiana y Perpetua.
Acompañaron la celebración Eucarística el Orfeón Lucense y la Banda Filarmónica de Lugo.
En su homilía, el Obispo de Lugo, Mons. Alfonso Carrasco Rouco, comenzó recordando que esta fiesta del Corpus: "profesamos muy conscientemente lo más hondo de nuestra fe. Aquí se muestra lo que nosotros realmente creemos, en lo que tenemos nuestra esperanza y nuestra guía para la vida. No hay, no reconocemos otro Dios más que el que se nos da aquí de modo muy real en la Eucaristía, capaz de bajar a lo más hondo, de levantar al más pequeño, de tener compasión del mundo, de amar al pecador y darle esperanza. Esta es la mayor y mejor expresión de Dios”.
El amor de Dios “se refleja en primer lugar en el rostro del prójimo y de cada uno, sin discriminaciones ni exclusión. Nos da la certeza de la dignidad de cada persona, la esperanza por su destino bueno; nos habla de la necesidad del respeto y del cuidado, de la caridad verdadera”.
Mons. Alfonso Carrasco hizo también referencia al momento actual en que el mundo está asolado por los conflictos: “La Eucaristía es sacramento de la paz y de la unidad. En ella somos amados por aquel que quita nuestro pecado, que vence divisiones generando fraternidad verdadera (…) pidamos hoy la paz el fin de las guerras, de las violencias sobre personas, familias y pueblos. Nuestro mundo sufre, necesita la palabra del Evangelio, la fe en la Eucaristía, nuestro testimonio como Iglesia”.
E insistió en que “Pidamos al Señor vivir y construir nosotros la paz en nuestros entornos, sabiendo amar y apreciar la verdad, creciendo en el respeto por las personas, en caridad mutua, que escucha y dialoga, que va al encuentro de las necesidades”.
Finalizó su intervención refiriendo que “En la Eucaristía Dios ama al hombre para siempre, viene a nuestro encuentro cada día. A nosotros nos es dado acogerlo con fe, responder a Dios con amor. En este día de Corpus lo proclamamos de nuevo: esta es nuestra fe, esta es la verdad de las cosas, el camino del bien, la esperanza para el mundo.”
Al finalizar la celebración eucarística tuvo lugar la procesión por las calles de la ciudad en la que participó el obispo, autoridades eclesiásticas y civiles, cofradías, asociaciones, miembros de las parroquias de la ciudad, de la Adoración Nocturna…
María José Campo