La meta de la tarea pastoral es la unidad y la colaboración de todos, fieles y presbíteros. Esta unidad se corresponde con la naturaleza íntima de nuestro ser comunidad, parroquia e Iglesia, está en el corazón de la misión del presbítero, y hará posible la tarea de la evangelización.
En Galicia la parroquia es fundamentalmente un lugar concreto de relación, de comunión, de comunidad, pero visible, con rostros, con una historia. Es necesario volver a ser comunidades reales, visibles, no una comunidad de la que hablas, sino una comunidad a la que puedes ir, que puedes compartir, que hay un sacerdote que conoces, cuya responsabilidad para contigo está clara. Por eso es importante que el proceso de Reorganización Pastoral en nuestra Diócesis siga evolucionando y dando forma a la vida parroquial en las zonas donde se ha implantado.