Cada 14 de diciembre, la Iglesia celebra a San Juan de la Cruz, religioso carmelita, poeta, místico y uno de los grandes reformadores del Carmelo junto a Santa Teresa de Jesús. Su vida y su obra constituyen una de las cumbres de la espiritualidad cristiana y un referente permanente para quienes buscan la unión con Dios en medio de las realidades del mundo.
Origen y vocación: un joven sediento de Dios
Juan de Yepes Álvarez nació en Fontiveros (Ávila) en 1542. Tras una infancia marcada por la pobreza, sintió pronto la llamada al seguimiento radical de Cristo. En 1563 ingresó como novicio en el Carmen de Santa Ana de Medina del Campo, profesando al año siguiente. Su formación continuó en la Universidad de Salamanca, donde estudió filosofía y teología entre 1564 y 1568.
Durante este tiempo, en 1567, conoció a Santa Teresa de Jesús, encuentro que marcaría decisivamente su vida. Ella le animó a unirse al proyecto de reforma del Carmelo, inspirado en una vida más austera, contemplativa y evangélica.
Reformador y testigo de fidelidad
En 1568, junto a la Santa, inauguró la primera casa de Carmelitas Descalzos en Duruelo. Allí adoptó el nombre de Juan de la Cruz, símbolo de su entrega total a Cristo. Su servicio dentro de la Orden fue múltiple: maestro de novicios en Duruelo, rector en Alcalá, confesor en el monasterio de la Encarnación de Ávila, superior del Calvario (Jaén) y prior en Granada.
Su fidelidad a la reforma le valió también persecuciones. En 1577 fue apresado por los carmelitas calzados y recluido en una celda del convento de Toledo durante nueve meses. De aquel sufrimiento brotaron algunos de sus poemas más sublimes, inspirados en la experiencia interior de búsqueda, silencio y luz.

Andalucía y su última etapa
Tras escapar de su encarcelamiento en agosto de 1578, participó en el capitulillo de Almodóvar del Campo, donde fue designado superior del Calvario. Desde allí fundó en 1579 el convento-colegio de Baeza, del cual fue rector y donde pudo desarrollar intensamente su labor formativa.
Los últimos años de su vida los pasó en diversos conventos del sur de España. En 1591, enfermo, fue trasladado a Úbeda, donde falleció el 14 de diciembre. Sus restos fueron llevados a Segovia en 1593.
San Juan de la Cruz fue beatificado en 1675, canonizado en 1726 y proclamado Doctor de la Iglesia en 1926 por el papa Pío XI, con el título de Doctor Místico.
Obras: la cumbre de la mística cristiana
La obra de San Juan de la Cruz es considerada uno de los tesoros literarios y teológicos de la Iglesia. Sus tres poemas mayores son: Cántico espiritual; Noche oscura del alma; Llama de amor viva
Acompañan a estos textos sus comentarios en prosa, de enorme profundidad teológica y espiritual, así como poemas menores, cartas y máximas espirituales. Su lenguaje simbolista, su visión del camino interior y su experiencia de unión con Dios han influido profundamente en la espiritualidad universal.
María José Campo


