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DOMUND 2025: la misión de llevar esperanza al mundo


Con motivo de la celebración del Domund este domingo, la Iglesia invita a renovar el compromiso misionero bajo el lema de la esperanza. El sábado 18 de octubre, en la parroquia de Nuestra Señora de Lalín, presidirá la Eucaristía el misionero Juan Antonio Faile. Al día siguiente, domingo 19, la parroquia de San Francisco Javier acogerá, a las 12:30 h, una Eucaristía en la que participarán los misioneros y sus familias.

El misionero Serafín Suárez y el delegado de Misiones de la Diócesis, Jesús Santiago, nos recuerdan que el Domund no es solo una colecta, sino una llamada a orar, colaborar y vivir la misión allí donde cada uno se encuentra.

“Llevar la esperanza de Jesucristo a los demás”. Así resume Jesús Santiago, delegado de Misiones, el espíritu que anima el Domund (Domingo Mundial de las Misiones) de este año, marcado por el Año Jubilar de la Esperanza convocado por el Papa Francisco.

“El Papa —explica Santiago— quiso que el tema de la esperanza estuviera presente también en el mensaje del Domund. Y desde luego los misioneros lo que hacen es llevar esa esperanza de Jesucristo a quienes no conocen su mensaje ni su persona, especialmente a los pobres que están faltos de esperanza”.

Un mes misionero con acento africano

Este año, la Delegación de Misiones ha querido dedicar el mes a África, “no solo por su riqueza espiritual” , dice Jesús Santiago, “sino porque coinciden que los misioneros invitados proceden de allí: uno de Zimbabue, otro del Congo y otro de Marruecos”.

"Hemos querido darle un matiz especial a África —añade—. Es un continente muy cercano, a apenas quince kilómetros, y de donde procede buena parte de la inmigración. También la inmigración es importante para la misión, porque la misión hoy se vive en ida y vuelta".

Cooperar, no solo donar

Jesús Santiago recuerda que el Domund es “ una campaña de cooperación misionera ” que va mucho más allá de la colecta económica.

"Por una parte cooperamos materialmente, con donativos que llegan a los proyectos en los territorios de misión. Pero también se trata de una cooperación espiritual y personal: la presencia de los misioneros en colegios, conferencias y celebraciones busca que tomemos conciencia de que todos cooperamos con la misión. No solo damos, sino que participamos. Cuando un misionero va a otro país, no va solo: va toda la Iglesia diocesana con él".

La triple llamada del Domund

El misionero Serafín Suárez, que pasó más de veinte años en Zimbabue, señala que el Domund se sostiene sobre tres pilares fundamentales:

"El primero es la oración: rezar por los misioneros y por la labor evangelizadora. El segundo es la ayuda económica, porque la misión coincide con países pobres, del llamado Tercer Mundo.
Pero el tercero
—y quizás el más importante— es promover la vocación misionera. No hay misión sin misioneros. Y hoy los laicos están teniendo un papel precioso en clave misionera".

“Allí uno aprende la humildad”

Suárez recuerda su llegada a Zimbabue en 1994:

"La primera realidad que vives es la de la humildad. Llegas con una lengua, una cultura y unas costumbres nuevas. No puedes empezar a trabajar, primero tienes que aprender. Vas con sencillez, dispuesto a dar, pero también a recibir. Y en cierto sentido ellos también te evangelizan a ti".

En medio de la pobreza, asegura, la gente de África le enseñó el valor de la esperanza: "Jesús es esperanza para nuestra vida. Dios no nos abandona, sigue siendo esperanza en medio de la miseria. Y eso te cambia la mirada. Aprendes a ver la vida de otra manera".

La misión, un camino de ida y vuelta.

Hoy, dice Serafín, "la misión ya no es solo ir; también es recibir": "Muchos sacerdotes y religiosos africanos están viniendo ahora a nuestra diócesis. La misión es ida y vuelta. Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares. Muchos misioneros sembraron incluso con su vida, y hoy vemos los frutos de esa entrega".

Ser misionero, una llamada en salida

Para Serafín, la vocación misionera no es una opción más dentro del sacerdocio, sino su esencia:

"La misión forma parte de la vocación sacerdotal. No hay vocación sin una dimensión misionera. Como dice el Papa Francisco, es una vocación en salida. Yo era feliz en mi diócesis de Badajoz, pero entendí que tenía que dejarlo todo y responder al mandato de Jesús: 'Id por todo el mundo, hizod discípulos míos'. Ese 'id' debe resonar siempre en nuestros corazones".

Un mensaje final de esperanza

De cara a la jornada del Domund, Jesús Santiago invita a todos los fieles a vivir este domingo con espíritu misionero:

"El Papa nos ha pedido que todos seamos misioneros, aquí o donde estemos. Que nos acerquemos a quien sufre para llevarle un mensaje de esperanza, que es el mensaje del Evangelio. Si cooperamos acercándonos al sufrimiento para llevar esperanza, seremos verdaderamente misioneros".