La parroquia de San Antonio está celebrando estos días su novena a las 20 h. El jueves día 12, estará presidida por el obispo, Mons. Alfonso Carrasco.
Su nombre de bautismo era Fernando, nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195. A los 15 años entra en la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín. Se prepara para el sacerdocio en Coimbra (Portugal), en el Monasterio de Santa Cruz. Fue ordenado a la edad de 24 años, y dirigido hacia la carrera de teólogo y filósofo.
Fernando decide dejar a los canónigos agustinos, y seguir las huellas de Francisco de Asís, y elige llamarse Antonio, para imitar al santo anacoreta egipcio. Madura una llamada fuerte a la misión, y con este ideal parte inmediatamente para Marruecos. En 1221 tuvo un encuentro con San Francisco de Asís, después del cual, Antonio fortalece su elección de seguir a Cristo en la fraternidad y “pequeñez” franciscana y es enviado a Romaña, al retiro de Montepaolo. Donde se dedica sobre todo a la oración, a la meditación, a la penitencia y a trabajos humildes.
San Antonio de Padua fue uno de los predicadores más destacados de la Edad Media, y su fama se extendió por toda Europa gracias a su elocuencia, sabiduría teológica y capacidad para conmover a multitudes. Su estilo de predicación combinaba profundidad doctrinal con un lenguaje sencillo, accesible al pueblo, lo que lo hacía muy eficaz tanto con los sabios como con los humildes.
En Padua, escribe los Sermones, un tratado para formar a los hermanos en la predicación del Evangelio y en la enseñanza de los sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía. Su sermón de la Cuaresma de 1231 es considerado su testamento espiritual, en el que se debe incluir su amorosa dedicación por horas y horas a la Confesión.
También es conocido por su fama de realizar milagros. Desde poco después de su muerte, numerosos testimonios hablaron de hechos extraordinarios atribuidos a su intercesión, tanto en vida como después de fallecer. Estos milagros fueron clave para su rápida canonización.
Murió el 13 de junio de 1231, en Padua. Debido a su fama de santidad, fue canonizado al año siguiente de su muerte, el 30 de mayo de 1232 por el papa Gregorio IX. El 16 de enero de 1946, Pío XII lo declaró Doctor de la Iglesia.
María José Campo